Dormí todo el día, y
aunque no soñé con vos,
ni sé quien realmente sos,
tu peso me magulló la espalda.
Estoy ante la presencia de tu ausencia,
lo único que tengo de vos, y,
aunque no te quiero ni te extraño,
no puedo olvidarte por no saber quien sos.
Mis cartas no tienen destino.
Esta tinta que chorreo en papel
y sale del lapicero que me regalé,
no sabe responder.
Paraíso que no existe, eres,
consuelo de bobos, mueves,
el humo en mi frente, mueres,
en esta linea. Mueres