sábado, 28 de noviembre de 2020

Caer a toda costa.

Estoy cayendo en cruz
directo a un pozo tan real como imperceptible.
Adentro, a oscuras, planeo la caída
estrepitosa y definitiva.

Caigo y no paro de caer,
y en plena caída
llega a mi cara una seda
de suavidad onírica
que como tersa telaraña rodea mis ojos,
me cubre el cuerpo entero,
penetra cada poro
y termina por adherirse a mis entrañas.

Subo en picada como un cohete
Forcejeo para quitarme de los ojos
la extraña tela que me recubre
y la caída estrepitosa se anuncia inminente
a través de un pequeño agujero
que hago rasgando esta piel.


Cicatriza, sin embargo.

Ahora sigo subiendo
y a mi paso mi nueva piel
deja una estela de ficciones.

Atravieso la atmósfera erguido
y diviso la tierra a mis pies:
con perspectiva soy más pesado.
Pierdo velocidad
y por un instante infinitesimal floto.
Ni voy hacia arriba, ni caigo.

El mundo a mis pies crece
y el cielo entre mis dedos
empieza a ser cortado por mí, la sólida duda.
Abajo, la inestable certeza
del pozo que se hace más grande,
más gélido, lóbrego, húmedo y cochino
me presenta la seda,
mi nueva piel, completamente desgarrada,
cortada y hecha añicos.

Es entonces cuando finalmente
tras caer por el más penoso abismo
la materia que encarno
se pelea bruta contra el suelo.
Mis huesos rotos
y las tripas destrozadas rompiendo mi piel
rebotan despellejándome.

Antes de que mi cuerpo toque de nuevo el suelo
sigo cayendo.

viernes, 17 de julio de 2020

Cactus tras es sol.

Hay plantas que deben ser paseadas,
el sol apenas llega a su lugar.
Un matero que es borde y hogar
les priva de pegarse caminadas.

Las matas deben ser asoleadas,
a mi cactus la luz no voy a negar.
A las doce, queriendo el sol tomar
vamos tras baldosas iluminadas.

Me detengo a observarlo crecer.
Con la poca devoción que me queda,
le doy un agua que no va a beber.

Es momento de hacer lo que pueda,
aunque lo cuide, igual va a fallecer
dentro del matero que lo hospeda.

lunes, 15 de junio de 2020

Afuera escucho.

Afuera escucho:
el lamento de la nevera,
el ratoncito cerca de mi cama;
el vibrar del ronquido de al lado
y los motores eventuales.

Por dentro
     Nada.


martes, 12 de mayo de 2020

Decimedia.

Yo descanso
sobre nubes
sin querubes.
Yo descanso
y remanso
guardo fuego
para luego.
Sin recelo
quemo, vuelo
y navego.

miércoles, 4 de marzo de 2020

Décima.

No es pirobo que llore
por la grande puteria
de no tener puntería.
Y aunque mucho él ore,
el atinar se demore
y siempre errar florezca,
él vive la vida fresca.
Es firme y terquísimo,
aleta y tosquísimo
de lágrima bufonesca. 

jueves, 16 de enero de 2020

Soneto

Pasaron los años y nada muta
mis palabras solo tocan el techo.
No hay ente cercano a mi lecho,
esta gran desidia es absoluta.

Mi presencia no es impoluta,
tengo un yunque frío en el pecho
Nada termino ni ando derecho,
mi propia existencia me enluta.

Mi mente, absoluta nómada,
soy la negación de mi devenir,
la quieta rebeldía cómoda.

Mientras devengo y me veo ir
como acróbata apóstata
de mi contradicción he de reír.